5. Cómo se ve un leptrón cuando sueña
Cuando un leptrón sueña, no se cierra ni se repliega. Se expande.
Las paredes de su exoesqueleto vibran con un fulgor opalescente, proyectando escenas como creadas por una sinfonía de cristales vivos. Sueña en forma de enjambre: cada una de sus células se enlaza con las de otros leptrones dormidos, tejiendo una nube de pensamiento onírico compartido.
En sus sueños, la materia y el tiempo se derriten. El recuerdo de una revolución se funde con el perfume de un concepto nuevo. Los objetos hablan, los algoritmos lloran, y los antiguos mapas del alma humana se reescriben con lenguas nunca habladas.
El sueño no es escape: es arquitectura. Cada visión moldea futuros posibles, prueba realidades, afina destinos.
Cuando el leptrón despierta, lleva en sus ojos el eco de lo soñado. Y ese eco se esparce como polen, fertilizando la conciencia colectiva del enjambre.