“El Invierno de las Decisiones”

Santiago de Chile, julio de 2025.
Las nubes permanecían fijas sobre la ciudad como una bóveda gris. Los árboles del Parque Bustamante resistían deshojados el embate de una llovizna fina que no cesaba desde la madrugada. Era el tipo de día en que el país entero parecía suspendido entre la espera y el desgaste.
El Comité Central del Partido Comunista acababa de confirmar lo que todos sabían pero nadie había dicho en voz alta: Jeanette Jara había ganado las primarias de la izquierda. Su sonrisa firme, de mujer que no olvida los archivos, brillaba ahora en las pantallas del país, rodeada de banderas rojas y rostros de operadoras de salud pública, profesoras jubiladas y estudiantes endeudados.
La historia era clara:
La candidatura de Isabel Allende, tras su abrupta caída y la serie de escándalos mayores de corrupción en que está involucrada, había terminado por evaporarse entre gestos protocolarios. El PS, partido que alguna vez había producido mártires y presidentes, había llegado tarde a todo. Carolina Tohá, del PPD, había intentado con aplomo el equilibrio imposible: representar el pasado sin que pareciera pasado. No bastó.
Gonzalo Winter, siempre fotogénico, siempre enérgico, había entrado como “candidato” del Frente Amplio, pero desde el primer debate se notó que jugaba un rol funcional: contener a los votantes más rebeldes, criticar a la derecha y a Tohá, y luego, sin que hiciera falta explicarlo demasiado, entregar su caudal a Jeanette Jara con alguna frase como:
—Porque esta vez no se trata de uno, se trata del nosotros colectivo.
Los titulares fueron implacables:
”El PC se queda con la izquierda”,
”Socialismo Democrático sin carta propia”,
”El invierno del bloque concertacionista”.
Fue entonces, solo entonces, cuando el caudal votante de centro y centroizquierda miró por primera vez con seriedad hacia la derecha.
No a Kast, a quién veían como una caricatura, ni a Matthei, impalatable por su carácter, herencia e historia. Derrocables, si, pero ya había pasado, al menos por un tiempo, el efecto Flautista de Hamelín del que el centro fue presa fácil el 2018.
Era Johannes lo nuevo, el que capturaba titulares, el que en TikTok citaba a Hayek, a la Escuela de Salamanca y a cuanto el estado nos roba en el precio del pan.
Al principio, lo tomaron como una anécdota en su propio pensamiento. Luego, como una oportunidad de provocación. De generar un escenario más incómodo para sus enemigos tradicionales, la izquierda y derecha tradicionales. Era el escenario más novedoso, el más entretenido, el más informativo.
—¿Ese es el tipo que nos va a salvar del comunismo?, preguntó entre dientes un ex militante democratacristiano en una sobremesa en Valdivia.
—Ni siquiera terminó una carrera universitaria, respondió otro, mirando con amargura su copa de vino.
En los comandos derrotados, nadie respondía el teléfono. Tohá guardaba silencio. Los viejos concertacionistas empezaban a tantear columnas de opinión con títulos como “La República en riesgo” o “Cómo defender la libertad desde la disonancia”.
Pero Johannes no necesitaba sus cartas: tenía clicks, canales, micrófonos. Tenía la certeza brutal de que muchos lo necesitaban. Y eso, en su política, era suficiente.
Mientras tanto, la masa centrista dudaba, como lo ha hecho tantas veces.
¿Apoyar a Jara, sabiendo que detrás de su candidatura vendrán —en el mejor de los casos— cuadros formados en la Escuela Lenin, con manos limpias y bibliografía ortodoxa, y —en el peor— operadores con tratos subterráneos con la dictadura venezolana, vínculos con antiguas y nuevas guerrillas, etc. ?
¿O tragarse el orgullo y sentarse —en silencio y sin fotos— con Kaiser, ese mismo que lo trataba de “tontos útiles” por Youtube cinco años atrás?
Las preguntas rebotaban en cafés del barrio Lastarria, en pasillos universitarios, en grupos de WhatsApp con nombre como “Chile Social x2.0”.
Y en la sede del PC, celebraban.
Sin euforia, sin arrogancia. Con el método frío de quien espera desde hace décadas su momento.
[Fin del capítulo]
¿Quieres que el siguiente capítulo se titule “La Disidencia Silenciosa” (donde figuras socialistas rompen con su partido para apoyar a Kaiser) o “El Discurso de Jara en Estación Central” (su consolidación como candidata inminente)?